TANI TANI Boletín electrónico, Nr.319- Año IV, 24 de febrrero 2010  

 

1.Transicion al Socialismo...(H.Dieterich)

2. Partes del Programa (Muruchi Poma)

3.Planificacion exitosa

4.Entrevista a H.Dieterich

5.La Tricontinental...

6.Genoma del Sociallismo

Partes del Programa de Transición del Socialismo*

Por Muruchi Poma, 24-02-2010

“Incluso una larga caminata empieza con el primer paso” 1, indica el Programa de Transición al Socialismo democrático del Siglo XXI en Europa presentado el 19 de febrero. Una de las actividades de la conferencia se realizó en un hotel que está ubicada en la parte céntrica de la fuera  Berlín oriental, no lejos de aquel muro que llevó su nombre.

A ese primer paso le anteceden los preparativos necesarios y, en este caso, se trata de una base filosófica y un plan, el Programa.

El trasfondo filosófico actualizado, que hace entender la importancia del valor de trabajo, está expuesto en el libro “Sozialismus XXI”, presentado también en dicha conferencia. Parten de la constatación de las tres condiciones de la existencia humana: espacio-tiempo y movimiento, llamada también “Time-Space-Motion Paradigma” 2.  Bajo esas tres “condiciones cósmicas (ontológicas)”, el tiempo ocupa un lugar especial porque no es posible cambiarlo con la práctica humana. Aunque esa concepción newtiana ha sido relativizada con los trabajos de Einstein  y con el paradigma de las cuatro dimensiones de Minkowski,  de todas formas, según los autores, existe la verdad rigurosa que todos los procesos biológicos transcurren por la línea del tiempo.  Por esa razón,  lo consideran el punto central de sus argumentaciones. Mucho más clara se hacen sus explicaciones cuando indican que las necesidades materiales y calidad de vida sólo pueden ser satisfechas por medio del trabajo social, cuyo valor  finalmente se expresa en eltiempo.

El Programa de Transición tiene seis puntos. Aquí vamos a reflejar sus elementos centrales, que a nuestro entender están en el punto 3 con el subtítulo “Como se ejecuta la transición”.

Reforma monetaria

Una de las tareas centrales del Banco Central Europeo (EZB, sigla por el idioma alemán)  fue y es el control de todo proceso inflacionario.  La estabilidad de los precios también será la política que debe seguir un gobierno socialista, indica el documento. A diferencia de las metas y medios del EZB para lograr sus objetivos, los autores del documento plantean la reforma de la moneda Euro en base a dos mecanismos: valor del trabajo y una comisión democrática del valor que controlaría al EZB.   Mientras ahora el valor del Euro se determina por la oferta y demanda en las bolsas de valores, la propuesta quiere tomar como ejemplo el prototipo exitoso de la política monetaria desarrollado por el gobierno británico después del año 1996. La base del cálculo no sería el índice del coste de vida, sino el valor del trabajo. El valor del Euro sería determinada en base a la cantidad promedio de las horas de trabajo, que contienen los productos, necesarias para comprar una hora.  Si el valor de una hora fuera 30 €, aquella comisión del valor debiera aconsejar la impresión de los billetes en forma proporcional para mantener la estabilidad monetaria.

También la política crediticia estaría bajo control. El banco central sube y baja la tasa de intereses para regular y  estabilizar el precio, es decir evitar la inflación.  En un periodo de transición socialista se prohibiría los intereses, indica el documento. Es conocido que en el mundo árabe están prohibidos los intereses.  ¿Si se eliminara ese mecanismo de ajuste inflacionario del Banco Central, entonces cómo se estabilizaría el valor de la moneda? Los autores del Programa proponen que los mecanismos de control serían  el volumen de los préstamos y/o  el plazo de los créditos. El Banco Central puede reducir esos dos parámetros. Si se reduce el plazo, subiría la tasa de amortización teniendo el mismo efecto que cuando se suba la tasa de interés. Otro mecanismo que jugaría el rol de regular el precio sería la política impositiva. “Si los gobiernos generan menos ingresos por impuestos que sus gastos, subirá el volumen de dinero y, así, conducir a una inflación.” 3 La lectura del documento refleja que sus autores se han ocupado bastante con la política monetaria, en esto, con el tema de la estabilidad de los precios. Están muy consientes de que una de las causas de la inflación es la desproporción entre el volumen de dinero y el del de mercancías en la economía nacional.

Si bien es cierto que la reforma monetaria es una propuesta interesante, no menos cierto es que la resaltante novedad de la propuesta del programa está en que los trabajadores recibirían su sueldo en Euros marcados en cantidad de horas. En realidad, el Euro como tal no sería tan relevante como las horas. Si el obrero trabajó 45 horas en la semana y recibe a cambio sólo 25 horas marcados en los Euros, ninguna duda habría que fue engañado, es decir explotado.  La enajenación del trabajo estaría escrita en blanco y negro ante los ojos de los trabajadores.

Los representantes del Socialismo Democrático del Siglo XXI indican que con su propuesta lo único que están haciendo es aplicar los conocimientos de la teoría de valor desarrollado por Adam Smith y Carlos Marx, quienes propusieron medir el precio de los productos de consumo de acuerdo a la cantidad de horas trabajadas. Visto así, el dinero es la expresión de la mercancía y no al revés. Y así fue la lógica histórica económica: primero el producto, resultado de las horas del trabajo y la naturaleza, después la mercancía que en la búsqueda de su equivalente encuentra el dinero, y éste finalmente es endiosado por el sistema capitalista. En los hechos, la propuesta de los socialistas es volver al origen de la mercancía, al tiempo. Un pachakuti, diríamos los indígenas. Lo que, para los socialistas, aparece aquí como el volver a los orígenes de la teoría del valor de trabajo, para los indígenas el pachakuti  es volver a su concepción tetraléctica, donde el tiempo en un factor más al lado de la materia,la energía y el espacio4 .  Pues tanto el qhapaq ñan (versión quechua histórica)  como el suma qhamaña 5 (versión aymara actualizada) son el norte cosmológico de la vida.  La cuestión no es que ellos tengan más razón que los indígenas o viceversa, o que el uno es válido para unos y que el otro para otros, el hecho es  la existencia innegable de puntos de coincidencia frente a la solución de problemas que nos afectas a todos por igual. De ahí que debiera llevarse a cabo un diálogo profundo de esos dos puntos de vistas de paradigmas de civilización.

Más derecho de trabajo que estatización

Uno de los puntos centrales de la discusión actual, en la búsqueda de una sociedad post capitalista, es el rol de las propiedades. Toda la propiedad nacional en manos del Estado- el socialismo de estado-, como modelo económico totalitarista ha fracasado. Una nueva propuesta no puede ser “un simple repetición del pasado”, indican los autores del Programa de Transición. De ahí que privilegian el derecho al trabajo no explotado que la estatización de empresas. El derecho europeo, según los socialistas, debiera reconocer que el trabajo es la única fuente del valor, y que, por lo tanto, los trabajadores debieran tener más derechos frente a sus patrones.  Ese derecho debiera estar acompañado con el derecho de elegir la mayoría de la junta directiva de la empresa.  Esa medida, junta a otras, conduciría  “a la eliminación de la explotación en el puesto de trabajo, por lo menos a corto plazo”, indica el documento.  

Como vemos, las estatizaciones no tienen la importancia de experiencias socialistas. Sin embargo, los autores del Programa son de la opinión de que la industria, en un proceso de transición gradual, debe estar en “posesión pública”, lo que no es lo mismo que la propiedad estatal. Indican que, por ejemplo, el comercio al por mayor debiera ir por el camino de  lograr un balance equilibrado que por la vía de  más ganancias.  A propósito de balances empresariales, proponen que, al inicio de la transición, deberán  presentarlos en partidas monetarias y horas de trabajo.

Inversiones y deudas

El financiamiento de nuevas inversiones seguirá siendo necesario, indica el documento. La última crisis financiera visualizó que las “inversiones podrían, principalmente, ser asumidos por los préstamos sin intereses de los bancos controlados por el Estado.”6  Y no sólo eso, siempre en base a la opinión de los autores del Programa, la economía nacional socialista debiera concentrar el financiamiento de sus inversiones en base a ingresos del erario nacional, porque la deuda, viendo desde el punto de vista de una sociedad, es hacer trabajar a posteriori a las generaciones próximas para las actuales. En otras palabras, se necesita financiar las inversiones pero no puede ser a costa de nuestros hijos y nietos.

En forma ilustrativa y de fácil comprensión, el Programa describe  procesos económicos, donde el crédito, endeudamiento, inversiones y ahorro juegan roles complejos en una economía. Los autores del Programa indican, por ejemplo, que las economías nacionales de países capitalistas desarrollados tienen programado un “potencial de derrumbamiento” porque las clases pudientes tienden a tener más ingresos que gastos. Es decir tienen más liquidez, una especie de ahorro, pero no lo gastan en las mismas dimensiones. Para la economía nacional eso es un problema, pues existe un volumen de dinero, cuyo uso o no uso tiene serias consecuencias. Lo normal sería que los bancos canalicen ese capital para las inversiones, así como ocurrió al inicio de la industrialización, pero resulta que esa clase pudiente busca “invertirlo” allí donde se pueda sacar una mejor tasa de ganancia. La rentabilidad de la industria ya no es atractiva para ese capital, entonces busca la especulación y la ruleta. ¿Pero qué hace el Estado?

La solución keneysiana fue, según los socialistas, imponer impuestos a esas clases pudientes para luego utilizarlas en la financiación de proyectos públicos. Los neoliberalisas optaron por bajarles los impuestos y aflojaron el costo de los créditos para el consumo. En EE.UU. se habló, cuando emergió la crisis financiera del 2008, que los ciudadanos de ese país consumieron hasta la muerte. Es más, se endeudaron más que sus capacidades de ingreso con consecuencias fatales para el deudor y para el acreedor. Para el Estado fue más importante el acreedor que el deudor. Las consecuencias de esa macabra historia aún se vive sin perspectivas de superarlas.

El Programa nos presenta una enseñanza muy importante para toda economía que funciona en base a dinero: “Si las inversiones no logran absorber suficientemente el ahorro interno de una economía, está programado un derrumbe de la economía nacional.” 7

El presupuesto nacional

Uno de los puntos cardinales de toda economía, sea capitalista o socialista, es el presupuesto nacional. Esa situación es comparable con el ingreso y egreso monetario de una familia. Pero esa cosa aparentemente sencilla, si a nivel macro no funciona adecuadamente, puede ser fatal. En el Programa podemos leer que, tomando el mismo nivel de desarrollo económico, las economías socialistas, en general, tienen  más egresos  que los países capitalistas. De ahí que la forma de ingresos es de suma importancia. Los autores del Programa plantean la importancia del impuesto como forma de ingreso para el erario nacional. Indican que hasta ahora se conocen dos modelos de ingresos. Por una parte, los Estados dominados por los socialdemócratas optaron por los impuestos directos, así el impuesto a la renta. Por otro lado, la URSS recurrió a la tributación indirecta, así los impuestos sobre transacciones y  las ganancias de las empresas estatales. Ese modelo soviético, que contribuyo a la caída de su  sistema económico, tiene algunas desventajas, según el Programa. El Estado aparece como un “colectivo de capitalistas” frente a los trabajadores; “las ganancias de las empresas estatales son una forma oculta de ingresos que no es fácil accesible al control democrático.”8  Por esas, y otras que aquí no las reproducimos, razones, los autores privilegian los impuestos directos para los ingresos del presupuesto nacional de una sociedad socialista.

Aquel valisoso e interesante documento presentado en Berlín, que contiene más elementos innovativos de los que hemos expuesto aquí,  debiera ser traducido y difundido, sobre todo, en los países del Alba (En realidad todos los documentos que orientan el futuro de esos países debieran ser difundidos por los gobiernos). No es una simple folletería más que conocemos de los partidos de izquierda en nuestros países. Contiene una matriz que visibilizan las diferentes etapas del periodo de transición. Ahí está por ejemplo el rol del mercado y los impuestos. Se caracteriza por propuestas exageradamente concretas. Hace mérito a lo que los autores la llaman una propuesta en base a la ciencia. Tiene la desventaja que su comprensión no es accesible para los que no conocen de cerca el funcionamiento de la economía. Es necesario presentarlo de tal forma que el pueblo pueda digerirlo. Otro aspecto importantisimo, que no toca el Progrma, es el rol de la política y sus instituciones. Una de las razones del fracaso del Socialismo Estatal ha sido precisamente el monopolio absoluto (dictadura del proletariado) de un partido político o un grupo de políticos. Es posible que en sus próximas declaraciones tomen posición al respecto.

* Los citados en el presente texto son traducciones del autor de este artículo.

1 Übergansprogramm zum Demokratischen Sozialismus des 21. Jahrhunderts in Europa. Paul cockshott, Allin Cottrell, Heinz Dieterich. Berlin, 2010. P. 13

2 Johan Galtung, Carten Stahmer, Heinz Dieterich, Paul cockshott, Allin Cottrell, Xiaoqin Ding, raimundo Frando,  Kklaus Bartsch, Stefan Rehfus, Martin Groß. Sozialismus XXI. Ubergangasprogaramm um Demokratischen sozialismus des 21. Jahrhunderts in Europa. Berlin, 2010. P. 15

3 Übergangsprogram... Ibíd. P.5

4 Xavier Amaru Ruíz Garcia. La delusión dialéctica. http://www.amigo-latino.de/indigena/delusion_dialectica_11_10_09.pdf

5 Simón Yampara. http://www.amigo-latino.de/indigena/noticias/newsletter_5/289_entrevista_sy.html

6 Übergangsprogram... Ibid. P. 9

7 Ibíd. P. 9

8 Ibíd. P. 11