TANI TANI Boletín electrónico, Nr.471- Año VI, 20 -06-2011  

1. Hacia Cotapachi

2. En Urkupiña

3. La jauja

4. Maíz, el manjar

5. Los Qollqa

6. El Proyecto

7. Adenda: Urkupiña

 

 

agua_fetida

Avenida San Martín Cárdenas inundada.

TESORO ARQUEOLÓGICO

Los Qollqa incaicas de Cotapachi.

Qollqa era y es un término en Runa Simi (Quechua) para silo. Ese tesoro arqueológico se encuentra a las alturas de la laguna de Cotapachi, detrás del Calvario de Urkupiña de Quillacollo, Cochabamba, Bolivia.


[Reportaje de Muruchi Poma]

Silo Cotapachi
Réplica hipotética de un qollqa. Los incas tenía 3.000 unidades para cerca de 24.000 toneladas de maíz en el valle de Cochabamba.
Esa cantidad alcanzaba para la alimentación de cerca de 300.000 personas (80 gr./ración).

1. Hacia a Cotapachi

Agua gris oscuro y fétido había inundado la Avenida Martín Cárdenas de Quillacollo. Daba la impresión de un desastre ecológico que de una vía próspera. El Rio Rocha, el principal del valle cochabambino,como pocas veces en los últimas décadas había inundando esa parte de la ciudad de Quillacollo. Obligado a pasarla. No con bote sino con un auto en buen estado como la nuestra de doble tracción. Pues  es la única vía que une, con un puente transitable para vehículos, al cerro de Urkupiña y al sitio arquelógico.

Lenta pero segura se deslizaba nuestro coche  en dirección al puente. Para no quedarnos metido en algún bache inundado, le seguíamos a un micro lleno de pasajeros, cuyo chofer al parecer conocía de memoria la avenida esa, bueno como todo micrero de Bolivia dueño y señor de la calle.  Me sentía relativamente  tranquilo a pesar de la pestilencia de esas aguas.Ni imaginarme una situación donde debiera bajar y empujar la vagoneta. Pero más que esas aguas en mis zapatos o pantalón, era el  tiempo que realmente me preocupaba.

Había planificado desde Alemania esa visita y tenía reservado sólo unos dos días para Cochabamba. Y era el último día de mi estadía. Mi ilustre guía, D.M.P.H. atendió mi solicitud después de varias llamadas telefónicas. Tuve suerte que encontrará un espacio para ese tuor.

Mientras rondaban todas esas ideas por mi mente, D., que ahora conducía el auto, lo paró en forma sorpresiva. Mi tranquilidad estaba por los suelos. Le miré desconcertado a D. Mis temores estaban a punto de hacerse realidad, pensé.  No tenía  tiempo para fijarse en mis gestos de preocupación menos para explicaciones. Sus manos las movía con mucha agilidad. Abrió la guantera y buscaba algo. Mis ojos achinados dejaron de ser tales. Una cámara fotográfica la tenía entre sus dedos.  Y empezó a tomar fotos. “Necesito las fotos como prueba histórica”,  me dijo D. Desinflé el aire por mi boca y apoye mi espalda al asiento con tranquilidad. “…muchos no la (historia) conocen”, me decía D. mientras seguía sacando imágenes con su cámara digital.

Sus palabras las escuchaba como en sueño.  Mi mente había cambiado de folder. Ahora estaba en la de la historia. Pues estaba recordando las lecciones de mi madre sobre el nombre de Kucha Pampa. Aún la pronuncia así. Kucha es laguna y pampa es pampa, los españoles la asumieron en su vocabulario.  La zona se la conoció, entonces, como la Pampa de Lagunas. Ahora, para todos, es Cochabamba. Claro, en esa temporada, los habitantes incluso se bañarían en las lagunas. ¿Pero ahora?

El auto se puso nuevamente en movimiento. D. había terminado con la toma digital de las pruebas y tenía la cara de mucha satisfacción. Luego me explicó que ese lugar y tantos otros de Cochabamba no debían ser urbanizados. Los responsables de la urbanización, que generalmente son políticos, desconocen la historia de la zona. Tenemos varios  estudios arqueológicos, algunos han sido publicados y otras no, continuo con su relato.

Era un lujo para mí escuchar sus palabras.  A mi lado estaba sentado  el reconocido  arqueólogo boliviano David H.Pereira Herrera (D.M.P.H.) quien había dirigido durante años el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).  Es el impulsor del rescate del sitio patrimonial de Cotapachi, las famosos qollqa, a donde ahora nos dirigíamos.

Las explicaciones del arqueólogo reforzaban mis conocimientos empíricos. Retome al tema de los políticos. ¿Me imagino que Evo haya visitado Cotapachi?, le pregunte a David. ( Conozca en los próximos números de Tani Tani  la respuesta de David M.Pereira Herrera).

David Pereira

David M. Pereira Herrera (D.M.P.H.), aqueólogo boliviano, dirigió varias excavaciones de sitios aqueológicos de Cochabamba. Con su trabajo honesto y sacrificado se reconstruyó los qollqa prototipo de Cotapachi.