TANI TANI Boletín electrónico, Nr.433- Año V, 01 de febrero de 2011  

¿Alianzas entre agroindustria y gobierno?

Escasez de alimentos en Bolivia, Evo piensa en la soya de Brasil

Por Muruchi Poma, 01-02-2011

Por una parte, Evo Morales  llama a una “cruzada internacional”[1] por la escasez de alimentos en Bolivia, así la papa, por otra, anuncia  viajar a China para “…canalizar las exportaciones de soja de Brasil a China en menos tiempo y menor costo…”, según la información difundida por Abi del 29-01-2011. ¿Quiere hacer una cruzada para los agricultores de Bolivia o para los agroindustriales brasileros? Esa es una muestra de la falencia total de un norte económico dirigido a los intereses de la mayoría boliviana, entre ellos los pueblos originarios. ¡Cambiemos el proceso de cambio! Caso contrario, los 200 mil jóvenes[2], que ingresan anualmente al mercado laboral y no encuentran trabajo, se encargaran de cambiar el gobierno de Morales por otro. ¿Es  que no se vieron que con el gasolinazo salieron mayormente jóvenes a la calle?  Bolivia necesita una política económica productiva de equilibrio social y cultural, una real y no teórica.

La  otra verdadera amenaza  contra la producción agrícola de las alturas y de los valles es la política económica del gobierno. Se ha mantenido la política agrícola neoliberal del beneficio a la agroindustria y de la eliminación paulatina de la economía comunal.  Enrique Ormachea[3] ( CEDLA ) encontró que sólo cuatro productos han crecido en los últimos años: caña, soya, sorgo y maíz duro. Se trata justo de aquellos que están involucradas en el círculo de la agroindustria  oriental. Mientras la producción de la caña de azúcar ha subido en un 54 % en el periodo de 2005 hasta 2009, la producción de papa, sustentada por la economía comunal, creció apenas el 14 %[4]. La una sirve a la agroindustria, la otra a la seguridad alimentaria. ¿Hasta cuándo van a seguir subvencionando los originarios la economía nacional?

Seguridad alimentaria, no sólo emergencias. Este miércoles (02-02-2011) Evo Morales se reunirá en Oruro con los principales dirigentes de las organizaciones del agro altiplánico y valluno. Se sabe que discutirán “el problema de sequias y heladas en la agricultura”, que indudablemente ha afectado la producción. Sin embargo, si el gobierno y las organizaciones campesinas no reconocen que hay errores en la priorización de las políticas económicas  del gobierno, otra vez más se ahogará las expectativas de los agricultores. Es necesario entender que el fomento a la agricultura comunal no es sólo de emergencia, fruto de la sequía y heladas, sino también parte de toda una estrategia de seguridad alimentaria. Y esa es decisiva. Eso implica un adecuado mercado y mercadeo,  nuevas tierras cultivables, riego, insumos orgánicos, infraestructura de almacenaje y la formación y capacitación técnica de agricultores jóvenes.

Mercado, organización. Para los neoliberalistas es un tabú ese tema. A los hermanos agricultores les enseñan todo (el manejo de pesticidas, fungicidas, transgénicos, fertilizantes químicos, etc.) menos el manejo del mercado. No podemos considerarlo como intocable al estilo de los metafísicos del mercado. En la reunión de Oruro debieran colocarlo como primer punto del orden día. Tienen que pensar en desarrollar un sistema nacional de mercado y mercadeo atractivo para la producción agrícola del altiplano y los valles. No siempre debe ser al estilo EMAPA, estatal. Existen otras formas de seguridad del mercado.

Mercado, agricultura orgánica. La tendencia del consumo individual es la de productos orgánicos. Se sabe que sobre todo sectores con altos y medianos ingresos están tomando conciencia que vale la pena consumir productos no tratados con químicos. Lo propio ocurre con los productos industrializados. Alimentos con conservantes y aditivos están en la lista negra de los consumidores. Y esa es la oportunidad del agricultor originario que debe recuperar sus conocimientos ancestrales. Con formación y capacitación estarán en posibilidades incluso de exportar.

Cultura es economía. Por suerte, los  criollos bolivianos vienen reconociendo que sirve el alimento del „indio“. Aunque no por acción propia. Les gusta emular lo que hace el gringo. La quinua es un buen ejemplo de eso. Antes era el “forraje del indio”, ahora que ven su creciente consumo por los turistas, se han hecho amigos de la quinua.  El gobierno tiene que ser creativo para transitar por ese camino de descolonización.

No más sedes, sino silos. Se sabe que  Evo Morales ha entregado a las organizaciones comunales entre 60 y 70 sedes sindicales.  Los originarios dicen que necesitan para planificar. Pues bien, ahora deben empezar a planificar la construcción de almacenes al estilo como lo hicieron nuestros antepasados, los incas.
[1] http://www.erbol.com.bo/noticia.php?identificador=2147483940096

[2] http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-01-29&idn=37643
[3] http://www.cedla.org/content/2264?format=simple?format=simple?format=simple?format=simple
[4] http://www.ine.gob.bo/indice/general.aspx?codigo=40104